sábado, 7 de agosto de 2010

Por Eliseo Diego

LA JOVEN EN EL TEATRO
(fragmento)

Y mientras te inclinabas
Impaciente al vacío,
interrogando

la polvorienta púrpura,
vi el sesgo valeroso de la boina,
tus ojos serios y veloces,
el liviano

pelo lacio, al desgaire, oh cazadora,
y me tocó el terror de lo tremendo sobre tus hombros frágiles:
caía

la mañana en diluvios, oh luz,
en fugas y murmullos,
y ya nada

podría ampararte de tu juventud.

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