martes, 2 de marzo de 2010
Terapia
Tengo que escribir, escribir, escribir. Para no explotar de nuevo, con el cuerpo y la cabeza. Escribirte, miedo. Abrirte, miedo. Desmenuzarte, tocarte, dejarte. Miedo metido bien adentro, regocijándose con mi llanto. Miedo de soñar, dormir, morir. Miedo ahí agazapado, criatura asquerosa. Te pateo, miedo, pero de a poco, porque aprendí que en mí todo tiende a estallar. De a poco, aunque el pulso no esté firme y el llanto reviente en la garganta. De a poco.
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