martes, 22 de junio de 2010
Sobrevivir
Primero la desnudaron. No sentía nada, sólo veía cómo su cuerpo convulsionaba de miedo. Un cuerpo que no era el suyo; denigrado, manoseado, expuesto. Después le preguntaron su nombre. No quiso pronunciarlo. Se mordió la lengua para sentir el calor de su propia sangre y pensar en otra cosa que no fueran ellos. La golpearon. El pecho, la panza, las piernas. Le arrancaron pelo, le escupieron la cara. No sentía nada, sólo veía cómo su cuerpo convulsionaba de miedo. Un cuerpo que había sido suyo. Cerró los ojos y se prometió a sí misma resucitar.
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